,

Caída ascendente


La peor de las caídas me lanza a una muerte inminente
y me aleja de ti,
pero me deja traspasar la atmosfera.
Es así que quiero pagar el precio,
porque treinta y dos kilómetros y un par de horas ya no es suficiente.
La extinción de tu presencia
en el camino de esta muerte
me sabe bien.
La nebulosa de tu «amor» por fin se aleja
y comienzo a respirar.
Estrellas que no veía se inyectan por mi cuerpo,
no necesito viento que mueva mis cabellos,
voy cayendo hacía el cielo.
Tú permanecerás en esta vida,
subiendo por las entrañas de la tierra,
ardiendo, ardiendo,
colmado de mentiras y promesas,
desgarrado en pretenciones,
elevándote por las profundidades.

¡Dios, que a quien es falso nunca se le permita caer!

Deja un comentario


Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar